La chair est triste, hélas, et j´ai lu tous les livres.
S. Mallarmé
Encuentro en estos versos, tanto en
Mallarmé como en los de
Rubén Darío, la misma sensación de la desesperación:
Juventud divino tesoro
ya te vas para no volver,
cuando quiero llorar no lloro
y a veces lloro sin querer.
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